El liquen puede sobrevivir en el espacio

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Rhizocarpon Geographicum, especies de líquenes. Crédito de la imagen: ESA. Click para agrandar.
Uno de los principales enfoques en la búsqueda de organismos vivos en otros planetas y las posibilidades de transferencia de vida entre planetas actualmente se centra en las bacterias, debido a la simplicidad de los organismos y la posibilidad de que sobreviva a un viaje interplanetario expuesto al duro entorno espacial.

Este enfoque puede desarrollarse para abarcar organismos más avanzados siguiendo los resultados de un experimento de la ESA en la reciente misión Foton-M2 donde se descubrió que los líquenes son muy expertos en sobrevivir en espacios abiertos.

Los líquenes no son en realidad organismos individuales sino una asociación de millones de células de algas, que cooperan en el proceso de fotosíntesis y se mantienen en una malla fúngica. Las células de algas y el hongo tienen una relación simbiótica, con las células de algas que proporcionan al hongo alimento y el hongo proporciona al alga un ambiente de vida adecuado para el crecimiento. Los líquenes son extremófilos bien conocidos, capaces de sobrevivir en los entornos más hostiles de la Tierra. El elemento más sorprendente del hallazgo es la complejidad de este organismo: es multicelular, es macroscópico y es un eucariota, lo que significa que en la escala evolutiva es un organismo mucho más moderno que las bacterias. De hecho, los líquenes pueden considerarse ecosistemas muy simples.

El experimento que tuvo lugar durante la misión Foton se llamó "Liquenes" y fue uno de los experimentos de exobiología que se ubicaron en las instalaciones de ESA Biopan. Esta instalación de exposición se ubicó en la cubierta externa del módulo de retorno Foton y, una vez a la altitud orbital correcta, se abrió para exponer las muestras en el interior al espacio abierto, es decir, se expuso al vacío, amplias fluctuaciones de temperatura, el espectro completo de la luz solar UV y bombardeado con radiación cósmica. Durante la misión Foton-M2, que se lanzó a la órbita terrestre baja el 31 de mayo de 2005, los líquenes, que provenían de dos especies diferentes (Rhizocarpon Geographicum y Xanthoria elegans) fueron expuestos durante un total de 14,6 días antes de ser devueltos a la Tierra. Al concluir la misión, se cerró la tapa de Biopan para proteger a los líquenes de las condiciones de reingreso. Posteriormente, el Biopan fue transportado de regreso a las instalaciones de investigación de la ESA, ESTEC, en Noordwijk, Países Bajos, para su apertura.

Los resultados del experimento fueron presentados por uno de los miembros del equipo del experimento, la Dra. Rosa de la Torre del Establecimiento Español de Investigación Aeroespacial (INTA) en Madrid, en una revisión posterior al vuelo en octubre en ESTEC. Las conclusiones iniciales del experimento, que está bajo el liderazgo científico del profesor Leopoldo Sancho, de la Universidad Complutense de Madrid, indican que los líquenes tienen la capacidad de resistir la exposición total a las duras condiciones del espacio, especialmente a los altos niveles de radiación UV. El análisis posterior al vuelo mostró una tasa completa de supervivencia y una capacidad sin cambios para la fotosíntesis.

Este experimento abre muchas posibilidades para futuras investigaciones sobre la posibilidad de transferencia de vida entre planetas. Los experimentos de seguimiento podrían centrarse en preguntas como hasta qué punto el liquen, si es transportado por un meteorito, puede sobrevivir a las condiciones de reentrada en la atmósfera de la Tierra, es decir, ¿qué grado de protección sería necesario para que las muestras de líquenes sobrevivan? El resultado de este experimento de Biopan también sugiere que los líquenes podrían sobrevivir en la superficie de Marte. Los experimentos de seguimiento en tierra y en el espacio están destinados a proporcionar más respuestas a estas intrigantes preguntas astrobiológicas.

Fuente original: Comunicado de prensa de ESO

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