Impacto de asteroide creó una lluvia mundial de cuentas de carbono

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Cuando un asteroide lo suficientemente grande golpea la Tierra, la devastación afecta a todo el globo. Según los investigadores, solo un resultado del ataque: el carbono en la corteza terrestre se licuó y formó pequeñas cuentas que llovieron en todo el planeta.

Los geólogos conocen estas cuentas como cenosferas de carbono, y se producen durante la quema de carbón y petróleo crudo. Son un indicador clásico de la actividad industrial. Pero hace 65 millones de años, no había plantas de energía, por lo que los científicos propusieron que los incendios forestales provocados por el impacto de asteroides podrían calentarse lo suficiente como para hacerlos también.

Cuando el asteroide golpeó, enormes trozos de roca fundida volvieron a caer a la Tierra, encendiendo incendios forestales en todo el planeta. Es aquí donde los científicos encuentran evidencia de carbón de los fuegos, pero no de las cenosferas.

Nueva evidencia, reportada en la edición de este mes de la revista Geology, muestra que los incendios naturales no pueden formar las esferas microscópicas.

En cambio, el equipo internacional de investigadores propone que debieron haberse formado a partir de un ataque de asteroides. Una evidencia adicional clave es que las cenosferas de carbono se depositan justo al lado de una capa de pensamiento del elemento iridio.

Fue esta capa de iridio la que ayudó a dar a los científicos la evidencia que necesitaban para señalar a los asteroides como la causa de la extinción de los dinosaurios hace 65 millones de años. Dado que es mucho más probable que se forme iridio en los asteroides del Sistema Solar que en la corteza terrestre, una capa concentrada del material tuvo que venir del planeta.

Y las cenosferas se han descubierto alrededor del planeta junto a la capa de iridio, en Canadá, España, Dinamarca y Nueva Zelanda. El descubrimiento clave es que las cenosferas se hacen más pequeñas a medida que te alejas del sitio de impacto. Esto coincide con la predicción de que las partículas más pesadas volverían a caer a la Tierra más cerca del impacto, mientras que las partículas más livianas serían transportadas por todo el planeta.

Los investigadores pudieron calcular la cantidad total de carbono inyectado en la atmósfera a partir de un impacto de asteroide, y calcular el número en 900 billones de toneladas. Esto ayuda a los científicos a obtener una mejor estimación del tamaño del impacto y el daño.

Fuente original: Universidad de Indiana

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